PARA ALGUIEN ESPECIAL
Querido padre Tomás:
Hoy vi algo peculiar sobre el altar durante mi hora santa: una caja de
chocolates. Pensé que alguien la había dejado olvidada hasta que leí la
tarjeta que tenía: 'Para Jesús, de Ninay, porque tu amor es el más dulce de todos".
Un día Ninay estaba tan ensimismada en el amor de Jesús, que no quería
dejar la capilla. Su marido la iba a recoger después de su hora santa,
pero Ninay rezó pidiéndole fervientemente a Jesús que la dejase quedar
más tiempo. El automóvil de su marido no arrancó y cuando lograron
arreglarlo nuestra querida Ninay había pasado seis horas adicionales con
el Señor.
Dios Padre no puede rehusarse cuando le pedimos amar
cada vez más a su Hijo Jesús en el Santísimo Sacramento. El amor es
dulce porque nos hace sentir muy bien. La calidez del amor es lo que
realmente hace que uno se sienta especialmente querido. Por eso el amor
de Jesús en el Santísimo Sacramento es el más grande y dulce que
nuestros corazones puedan jamás conocer.
Su amor te hace la
persona más especial e importante del mundo. Cada persona es para Dios
irremplazable, nunca antes creada y nunca reproducida. Dios se ve a Sí
mismo en nosotros. Dios ve esta única cualidad y especial característica
que sólo nosotros poseemos, en cada uno de nosotros. Él haría solamente
por ti lo que hizo por todos. Jesús lo haría nuevamente por ti, si eso
significara tu salvación.
Así eres de especial para Él. Pero
nunca llegarás a saberlo a menos que te acerques a conocerlo en el
Santísimo Sacramento. El Santísimo Sacramento es Dios, el enamorado
divino diciéndonos cuan infinitamente especiales somos para Él. Dios no
nos mandó obsequios o una tarjeta sino a su Hijo único.
"Porque
tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, no para juzgar al
mundo, sino para que el mundo se salve por Él" (Jn 3,16-17). Dios ama
tanto al mundo que por medio del Santísimo Sacramento continúa enviando a
su Hijo único, que nos dice que el Padre nos ama tanto como ama a su
Hijo (Jn 17,23). En otras palabras, cada uno de nosotros es tan especial
para el Padre como Jesús mismo. ¡Qué amor más tierno!
Por eso,
en la oración de entrada de la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre
de Cristo se exclama: "Y a Él lo sustentaría con la flor del trigo, lo
saciaría con la miel de la peña" (Sal 80,17). La miel que mana de la
"peña" es el dulce amor divino de Jesús que mana de su Corazón en el
Santísimo Sacramento. Sólo un corazón herido puede apreciar esta
dulzura. Sólo un corazón humillado puede reconocerlo. Sólo un corazón de
niño puede amarlo. Por eso Dios permite el sufrimiento en nuestra vida.
Es la medicina que nos cura la soberbia. Sólo cuando nuestro corazón
está herido, aplastado, derrotado, humillado o sufriendo de cualquier
manera, podemos experimentar la dulzura de su amor. Porque Él es el más
abatido de todos. Una lanza abrió el costado de Jesús para que de su
Corazón herido pudiera brotar la dulzura de su Amor Divino sobre todos
los que se acercan a Él en el Santísimo Sacramento. Por eso proclamamos
en la bendición: "Nos diste, Señor, el Pan del cielo... que en sí
contiene todas las delicias".
Cuando estuve en México, vi unos niños
jugando a la “piñata”. Con los ojos tapados, golpeaban un objeto hasta
que lograban romperlo. Así caían todos los caramelos que contenía y que
los chicos comían hasta saciarse.
Al Corazón destrozado de
Jesús en el Santísimo Sacramento se acercan todos los corazones
destrozados del mundo. La dulzura de su Amor es bálsamo y consuelo para
las amarguras de la vida y sus rechazos dolorosos. Porque Yahveh está
cerca de los que tienen roto el corazón, Él salva a los espíritus
hundidos" (Sal 34,19).
Esta debe ser la razón por la que los
países del tercer mundo reciben la adoración perpetua con más entusiasmo
que las naciones opulentas. El padre Lorenzo Guerrero S.J. tuvo un
sueño en el que vio a Filipinas de noche, a mucha distancia de la
tierra. La vista era magnífica, con luces chiquititas en el centro de
pequeños corazones que iluminaban la Isla entera. Se le reveló en el
sueño que esas luces resplandecientes eran las gracias que salían de las
muchas capillas de adoración perpetua.
El padre Martín llegó a
Filipinas en 1986 justo antes de la revolución EDSA. Howard Dee, un
gran amigo del Cardenal Sin, tiene especial predilección por la
Eucaristía y gran interés por la adoración perpetua. Por eso invitó al
padre Martín. Howard lo llevó al restaurante Josefina, situado en la
avenida Roxas. La entrada del restaurante estaba decorada con mil
corazoncitos con lucecitas eléctricas en el centro por el día de los
enamorados. El padre Martín dijo que esa era la cantidad de capillas de
adoración perpetua que Nuestra Señora quería que hubiera en Filipinas.
Ella desea que haya mil capillas de adoración perpetua porque Filipinas
tiene un lugar especial en su Corazón y en el de Su Hijo. El padre Roger
Cortez está trabajando con gran dedicación para lograrlo.
Había una canción que decía: "Lo que el mundo necesita ahora es amor, dulce amor".
El Papa Pablo VI dijo: "El Santísimo Sacramento es el corazón vivo de
cada una de nuestras parroquias" (Credo del pueblo de Dios). Cuando
pienso en la Iglesia y en el mundo de hoy, creo que tenemos poco poder
espiritual, algunos lo creen perdido, pero nosotros lo llamamos apagón
parcial. "Y el juicio está en que vino la luz al mundo y los hombres
amaron más las tinieblas que la luz" (jn 3,19).
Debemos volver a
la fuente viva del dulce Amor, el enamorado divino que genera la
verdadera luz por la que vemos lo especial que somos. Cuando uno se
siente como una basura, trata a los demás como basura. Cuando uno sabe
cuán infinitamente especial es, entonces trata a los demás en forma
especial. Cuanto más amados nos veamos a la luz del Amor Eucarístico,
tanto más nos amaremos unos a otros.
El Santísimo Sacramento es
para alguien muy especial. ¡Para Ti! La letra de la canción 'Tan raro"
no puede compararse con lo especial que tú eres para Él. Jesús te quiere
a ti más que todo el amor que jamás haya existido desde el principio de
los tiempos. Su misma presencia dice, "Déjame llamarte amado porque
estoy enamorado de ti. Déjame oír tu susurro de que tú también me amas".
Sobre el Santísimo Sacramento se ha escrito: "Enamorarse de Dios
es el más grande de todos los romances. Buscarlo, la aventura más
grande. Encontrarlo, la conquista humana más importante".
Esta
mañana el vicepresidente Salvador Laurel vino a la inauguración de la
capilla en la calle Carnation. Es un verdadero héroe de la revolución
EDSA y muchos lo consideran como uno de los estadistas más grandes del
siglo XX. Dirigiéndose a los Misioneros del Santísimo Sacramento les
dijo que necesitábamos otra revolución, una que lleve al mundo entero al
Santísimo Sacramento.
Fraternalmente tuyo en Su Amor Eucarístico, Mons. Pepe
Día de San Valentín,
14 de febrero de 1994
Tomado
del libro, “Cartas a un hermano sacerdote”, escrito por Rev. Vincent
Martín Lucia y Rev. Mons. Josefino Ramírez. Este libro es un conjunto de
30 cartas sencillas y cariñosas escritas por monseñor Josefino Ramírez,
Vicario General y Canciller de la Arquidiócesis de Manila, Filipinas,
al padre Tomás Naval, un joven sacerdote y amigo. En estas cartas le
explica la importancia de la Adoración Eucarística y le exhorta a tener
Adoración Perpetua en su parroquia.